Los rostros de la lucha, la perseverancia y la dedicación

Tres mujeres cargadas de historia y valor

Tres mujeres cargadas de historia y valor

A ritmo de vallenato y disfrutando de la brisa de la tarde, Graciela Rueda de Vargas, una de las vendedoras más antiguas del centro y sentada en una de las sillas de su establecimiento, da algunas
razones para visitar Cabrito e Islita Express, punto de comidas y bebidas, contiguo a la Intendencia Fluvial de Barranquilla.

“En mis años de experiencia puedo decir que este es de los poco lugares donde se vende la cerveza bien helada, hay Cabrito, arroz de coco y la comida de pescado que deseen. Es un sitio familiar, la atención es de lo mejor y la vista es muy agradable”, afirmó en tono contundente esta mujer de 60 años, proveniente de Santander del Sur.

Pero la comodidad y las facilidades de las que hoy gozan no fueron de un día para otro. Perseveranda Taniba, quien junto a Graciela Rueda fueron las fundadoras de la Islita, cuenta que al comienzo pasaron muchas dificultades y riesgos que lograron enfrentar ante la necesidad y la responsabilidad de darles de comer a sus hijos.

“A mis 75 años aquí estoy al pie del cañón. Recuerdo que comencé vendiendo bebidas en lo que hoy se conoce como Parque Cultural del Caribe. En esa época todos los días me llevaban presa porque
vender en vía pública era un delito.

Pero yo tenía dos niños chiquitos y no tenía marido, así que a toda costa, ese era el rebusque y la fuente de trabajo con la que me mantenía”, contó esta mujer que dice que hace honor a su nombre por lo perseverante que fue en esos primeros años de lucha para sobrevivir.

Cuenta también que luego de dialogar con la administración de aquella época, los vendedores llegaron al acuerdo de ubicarse a las afueras del antiguo San Andresito. Conseguir kiosko, echar cemento y adaptarse sin electricidad fueron los retos que enfrentaron hace más de 40 años para asentarse en lo que los barranquilleros por mucho tiempo conocieron como la Islita. “Con el tiempo, ese sitio se volvió lo in de Barranquilla. Gente famosa se sentaba a tomar cerveza en nuestros locales”, agregó Perseveranda entre el bullicio de la gente y la salsa que se escuchaba de fondo.

En noviembre de este año, se cumple el primer aniversario de este proyecto de reubicación que apoyó la administración actual y que reubicó a 23 vendedores estacionarios junto a La Plaza Grande del Río Magdalena. Es en este mismo sector, donde la magia del Cabrito atrae a locales y turistas de distintos rincones.

María Helena Torres, quien conserva el arte de preparar el famoso Cabrito, se siente muy contenta por el cambio de locación. “De todos los cambios que tuvimos, sin duda, este ha sido el mejor.

Antes estábamos muy apretados, pero este lugar es agradable desde todo punto de vista”, manifestó María Helena, conocida como ‘Mayo’ y natural de Becerril (Cesar).

Son ya ocho años que Jaime Enrique Moreno Prieto frecuenta el restaurante de la señora María.

“Visitar este punto sin importar el lugar en que lo ubiquen tiene su encanto.

Yo personalmente vengo porque me gusta cómo aquí preparan el Cabrito.

La sazón, el carisma de las personas, recibir la brisa del Magdalena, todo eso hace que uno llegue directico a este lugar”, contó uno de los clientes de la popular ‘Mayo’.

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